Cada último miércoles de marzo se celebra el Día Nacional del Trasplante. Desde Áncora Gabinete de Psicología nos gustaría aprovechar la ocasión para informar del proceso al que tienen que hacer frente las personas que se someten a un trasplante. Este proceso puede ir acompañado de problemas psicosociales y un importante deterioro en la calidad de vida, por lo que la labor del psicólogo resultará fundamental en este ámbito. Dedicamos este post al trasplante y a la labor del psicólogo en este ámbito de la Psicología de la Salud.

Qué es un trasplante:
Según la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) un trasplante es la sustitución de un órgano o un tejido enfermo por otro que funcione correctamente. Actualmente la técnica médica del trasplante está muy desarrollada y logra excelentes resultados, siempre y cuando exista una persona que done. Es decir, sin la solidaridad de los donantes, no habría trasplantes.

Cada día hay más personas que necesitan ser trasplantadas para seguir viviendo. España es el país con mayor tasa de donación de todo el mundo. Gracias a la ONT el modelo de funcionamiento de nuestro país es considerado un ejemplo a imitar en todo el mundo.

Según la Memoria de Trasplantes del año 2014, ese año hubo en España 1682 donantes de órganos. Esta actividad de donación (sumada a la procedente de donantes vivos) permitió la realización de un total de 4360 trasplantes de órganos sólidos.

En muchos casos el trasplante supone la única alternativa de salvación o mejora de los afectados. Sin embargo, la mejora que se produce en estos pacientes no significa que la enfermedad acabe, ya que se produce el paso a una enfermedad crónica que a menudo conlleva la aparición de otros problemas de tipo psicosocial que incrementan el malestar psicológico de la persona afectada y sus allegados.

Impacto a nivel psicosocial:
A pesar de que la mayoría de pacientes y sus familiares se adaptan adecuadamente a este proceso es frecuente encontrarse con personas que presentan problemas a nivel psicosocial, destacando la importancia del deterioro de la calidad de vida tanto de pacientes como de familiares e incluso el abandono del tratamiento farmacológico, lo que conlleva un peor pronóstico.

Así, el proceso de trasplante es vivido como un evento vital estresante, ya que supone un largo proceso que comprende diferentes etapas: el diagnóstico de la enfermedad, la entrada en lista de espera, la hospitalización e intervención, recuperación y revisiones y complicaciones o rechazos.

En cada una de estas etapas son diferentes las emociones que el paciente (y con ello, sus familiares) va sintiendo. Las emociones más habituales según la etapa que esté pasando son las siguientes:

Cada persona que se expone a un proceso de trasplante posee diferentes características y circunstancias. De esta manera, no todas presentan los mismos síntomas ni la misma gravedad.

Gran parte de los pacientes en proceso de trasplante que requieren asistencia psicológica presentan trastornos adaptativos, cuya característica esencial es una o varias situaciones estresantes que hacen aparecer síntomas tales como un acusado malestar o un deterioro significativo de la actividad social, profesional o académica.  En este trastorno prevalecen los síntomas ansiosos y los depresivos.

Según San Gregorio, Rodríguez y Rodríguez (2005) algunos de los problemas psicológicos que pueden sufrir son:

  • Trastornos del estado de ánimo: disminuyen la adherencia al tratamiento, pudiendo provocar el rechazo del órgano.
  • Trastornos de ansiedad: aumentan cuando los pacientes reciben el alta hospitalaria, generalmente porque los familiares se distancian de ellos, ya que desean que vuelvan cuanto antes a la vida normal.
  • Trastornos sexuales: Las causas pueden ser tanto físicas como psicológicas.
  • Fantasías sobre el donante: Conllevan sentimientos de culpa, ya que piensas que otra persona ha muerto para que ellos puedan vivir.
  • Insatisfacción con la imagen corporal: Perciben el órgano como un cuerpo extraño que incorpora en el receptor rasgos del donante.

Qué hace el psicólogo
Existen programas psicológicos específicos para personas que están pasando por este proceso y para sus familiares, con el objetivo de acompañarles en todo el proceso de trasplante y llevarlo así de la mejor manera posible.

El objetivo general de recibir asistencia psicológica durante este proceso es paliar los efectos negativos que conlleva esta situación tanto en el propio paciente como en los familiares al cuidado del enfermo.Se trata de dotar a los pacientes de herramientas que permitan mejorar la adaptación a la situación con el objetivo de conseguir un aumento en su calidad de vida así como prevenir, detectar y tratar posibles trastornos psicológicos.

Además, se promoverá un afrontamiento activo y se buscará incrementar la percepción y satisfacción con el apoyo social. Una parte fundamental del tratamiento consiste en reducir y  aprender a manejar las emociones negativas – estrés, ansiedad, ira, tristeza – con técnicas de relajación y regulación emocional:

  • Con las técnicas de relajación se persigue que la persona pueda reducir su activación fisiológica y las consecuencias negativas de esta cuando se mantiene durante un elevado periodo de tiempo.
  • Con la regulación emocional se enseña al paciente a poner nombre a cada una de las emociones que vayan apareciendo durante el tratamiento y saber gestionar estas adecuadamente, con el objetivo de hacerlas adaptativas en vez de que estas sean un problema para el paciente.

Otro aspecto importante sería el de modificar y manejar las ideas distorsionadas que pueda tener la persona, ya que aunque las preocupaciones de los pacientes puedan ser reales puede ocurrir que aparezcan sobre un hecho muy improbable. En este caso las preocupaciones podría modificarse mediante una técnica llamada reestructuración cognitiva.

Además, en este tratamiento se promoverá el fortalecimiento de una vida en pareja y sexual satisfactoria, así como el autocuidado y mejora de la autoestima y el autoconcepto personal, aspectos fundamentales en la satisfacción y bienestar de una persona.

Estos objetivos no se persiguen solo en la unidad de trasplantes. Reducir las consecuencias negativas a nivel psicosocial de las enfermedades crónicas y promover una adecuada calidad de vida son objetivos generales en el tratamiento de enfermedades como el cáncer, diabetes, SIDA o enfermedades cardiovasculares y reumatológicas entre otras. Todas ellas se trabajan y engloban dentro de un campo llamado Psicología de la Salud. Gracias a esta parte de la psicología las personas pueden dotarse de pautas y estrategias para hacer frente a la enfermedad en las mejores condiciones  posibles.

Es muy probable que conozcas a alguien que haya pasado por un proceso de transplante (o quizás tú mismo/a), y puede que tengas dudas o algo que comentar sobre este tema. No dudes en compartirlo con nosotros en el blog.