La infertilidad, según la Organización Mundial de la Salud, es una enfermedad crónica con aspectos que la diferencian de otras enfermedades de este tipo, como ya mencionamos en artículos anteriores de este blog.

Se considera, en términos generales, que una pareja tiene un problema de fertilidad cuando no consigue un embarazo a término como un niño nacido sano, al cabo de un año de mantener relaciones sexuales sin métodos anticonceptivos.

Son numerosas las áreas de la vida de una persona que pueden verse afectadas por la infertilidad. Numerosos estudios reflejan un impacto negativo en la pareja, pues se ven involucrados dos aspectos claves de esta: la comunicación y el sexo. El papel de la presencia de estrés y de las emociones negativas en relación con esta enfermedad también ha sido muy estudiado a lo largo de las últimas décadas.

Es frecuente que el diagnóstico de infertilidad provoqué un fuerte impacto emocional, pues esa persona debe asimilar que no va a poder tener hijos de forma natural, algo que se suele dar por sentado. Este aspecto, junto con el hecho de que la persona descubra el problema cuando está tratando de alcanzar el objetivo de ser padre y la aplicación en sí del tratamiento de reproducción asistida, puede conllevar un fuerte desajuste emocional.

La intervención psicológica es esencial de cara a estos tratamientos en un gran número de parejas. Esta intervención debe ser individualizada para adaptarse adecuadamente a las características de cada persona y pareja. Algunos autores indican que sería recomendable comenzar con ella antes incluso de iniciar el tratamiento de reproducción.

Los doctores Alejandro Ávila y Carmen Moreno-Rosset y proponen aplicar las siguientes herramientas psicológicas en las distintas fases del tratamiento de reproducción asistida.

1.Fase de diagnóstico de infertilidad:

  • Psicoeducación destinada a dotar a las parejas de información correcta y adecuada tanto sobre los aspectos médicos como de los emocionales.
  • Prevención de desajustes emocionales, para ello sería recomendable entrenar en técnicas de desactivación fisiológica y estrategias de afrontamiento.
  • Incremento de apoyo social.

2.Fase de tratamiento de la infertilidad:

  • Favorecer la expresión emocional para que no se produzca el bloqueo de estas.
  • Prevenir dificultades o fracasos de cara a la realización del tratamiento.
  • Manejo de niveles de ansiedad ante pruebas, tratamientos o espera de resultados.
  • Entrenamiento en habilidades sociales para gestionar las presiones de la red social.
  • Prevenir (o tratar) las dificultades que puedan aparecer en la relación de pareja.
  • Entrenar en estrategias de toma de decisiones para aspectos como por ejemplo, la necesidad de donantes o el embarazo múltiple.

3.Cuando finalizan los tratamientos sin conseguir la gestación o el “niño en casa”:

  • Trabajar y clarificar valores vitales que ubiquen la figura del “posible hijo” dentro de un contexto más flexible.
  • Elaborar y trabajar de cara a la superación del “duelo por la pérdida del hijo deseado”
  • Formación de nuevos planes de futuro, tanto a nivel individual como de pareja.

4.Cuando se consigue el “niño en casa”

  • Ayudar a eliminar miedos y temores en relación con la maternidad o paternidad, así como en relación con la seguridad de los hijos.