Depresión

depresionAl igual que los adultos, los niños y adolescentes pueden tener problemas de estado de ánimo, y entre los más frecuentes se encuentra la depresión infantil y la distimia.

La depresión infantil puede definirse como una situación afectiva de tristeza mayor en intensidad y duración. La prevalencia de la depresión infantil es similar a la de la depresión en los adultos. La Organización Mundial de la Salud estima que un 3% de la población infantil sufre depresión y la proporción de casos de depresión aumentan con la edad.

No existe una única causa para la depresión infantil sino que se produce por la interacción de factores sociales, familiares y bioquímicos. En los niños y adolescentes este trastorno puede ser altamente interferente en su desarrollo si tenemos en cuenta la falta de madurez emocional y la falta de recursos para manejar sus propias emociones, por ello es muy importante saber identificar este problema. Para ello, es necesario conocer cuáles son las manifestaciones más significativas, sabiendo que se presenta de muchas formas, con grados y duración variados, y la sintomatología varía en función de la edad del menor.

De forma general se pueden agrupar los síntomas en:

  • Emocionales (tristeza, cambios bruscos en el humor, aumento de la irritabilidad, llanto con facilidad, pérdida de interés por actividades que antes les gustaban, aburrimiento constante, sensación de inutilidad)
  • Motores (hipo o hiperactividad, torpeza, inquietud, inmovilidad, aislamiento social pudiendo pasar muchas horas solos, rabietas, problemas en el sueño y/o pesadillas, pérdida de peso y/o apetito, bajo rendimiento académico)
  • Cognitivos (falta de concentración y problemas para recordar, pensamientos negativos y derrotistas, estos niños se caracterizan a sí mismos como «malos», «tontos» y «feos»).
  • Somáticos (presentan menos energía y concentración, sensación de cansancio, con frecuencia se quejan de dolores de cabeza y/o estómago).

La distimia es una alteración del estado de ánimo que no cumple los requisitos de la depresión infantil. Actualmente este problema afecta a un 1% de los niños y entre el 2 y 8% de los adolescentes. Al igual que en la depresión, las causas de la distimia son múltiples aunque el ambiente y los acontecimientos de estrés prolongados juegan un papel importante en la aparición de este problema.

Los síntomas son muy similares a la depresión infantil. Los más frecuentes son: altibajos en el estado de ánimo con tendencia a la tristeza e irritabilidad, y durando esta emoción todo el día, dificultad para disfrutar de las cosas positivas, problemas para dormir o sensación de no haber descansado aunque se haya dormido un número de horas suficiente, problemas para concentrarse, dificultad para establecer o mantener relaciones sociales. Estaríamos ante un trastorno distímico cuando estos síntomas superan la duración de un mes.

Nuestro tratamiento:

Desde Áncora ofrecemos un tratamiento individualizado, adaptado a cada caso en particular y a la fase del desarrollo que se encuentra el niño, en base a su funcionamiento cognitivo, su maduración social y su capacidad de mantener la atención.

Nuestro trabajo con el niño o adolescente, consiste fundamentalmente en enseñarle diferentes habilidades específicas para moderar sus síntomas de bajo estado de ánimo, habilidades de solución de problemas para afrontar las dificultades cotidianas y, por último, ayudarles a procesar la información de una forma más adaptativa.

La terapia psicológica es uno de los tratamientos más eficaces para los problemas de estado de ánimo tanto en los niños como en los adolescentes. Consideramos muy importante la implicación en la terapia de los padres o tutores, con el fin de mostrarles pautas específicas de comunicación efectiva, de solución de problemas familiares cotidianos y conflictos, que tienen como objetivo aumentar la autoestima del niño.